La paz venció el odio en los Altos Mirandinos
Los Teques, 26 May. AVN.- "Fueron días de
zozobra. Fuimos víctimas de saqueos, destrucción, extorsión, secuestro y
vandalismo, nos tenían la vida en un rumbo incierto", es lo primero que
dice la señora Cleo Salgado, con un rostro visiblemente indignado,
cuando comienza a relatar los acontecimientos vividos en las últimas
semanas en la población de Altos Mirandinos, estado Miranda, al
centro-norte del país.
La subregión mirandina estuvo sumida en una escalada de violencia por grupos aupados por la derecha, tras los llamados a permanecer en la calle impulsados por dirigentes de la derecha venezolana.
Desde mediados de abril, los focos violentos perpetraron una primera avanzada violenta que desencadenó en el saqueo de 28 comercios, así como el vandalismo a bienes públicos y privados en los municipios Guaicaipuro, Carrizal y Los Salias, lo cual causó pérdidas mil millonarias que aun se contabilizan.
A esto se sumó el fallecimiento de dos ciudadanos, el primero de ellos, el joven de 19 años Jairo Johan Ortiz Bustamente, quien fue asesinado el 6 de abril en el sector Montaña Alta (Carrizal) por un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana, que está sometido al proceso judicial respectivo.
Otro de los fallecidos es el oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Nuiman Sanclemente, quien fue asesinado de un disparo el 19 de abril en el municipio Los Salias.
La tercera víctima fatal, Diego Arellano, de 31 años de edad, fue asesinado durante una manifestación de la oposición el martes 16 de mayo, ya el Ministerio Público designó un fiscal para la investigación del caso, cuya autopsia practicada revela que una esfera de acero de 11 milímetros le causo la muerte.
Es precisamente en esta última semana de lo que va del mes de mayo, durante ocho días continuos, cuando se intensificaron las acciones fascistas y la anarquía. Cada mañana se veían los primeros focos de disturbios en las calles de San Antonio de los Altos, una de las zonas más afectadas por una llamada "resistencia" de encapuchados que cerraba los principales accesos de la carretera Panamericana, así como las principales avenidas del pueblo.
"Nosotros vivimos el vandalismos el jueves (18 de mayo) en la parroquia San Pedro de los Altos, estos grupos atacaron instituciones públicas de la localidad y nos quedamos sin transporte público. El llamado de la derecha es la destrucción mientras que el Gobierno nacional insiste en llamar a la paz", expresó Julio Olivares,
habitante de la jurisdicción.
Los comerciantes se vieron obligados a cerrar sus santamaría a cierta hora del día y el transporte colectivo dejó de prestar servicio en los tres municipios de la subregión por temor a represarías ante las continuas amenazas "de quemar sus unidades o dañar sus establecimiento" cuando lo que intentaban era trabajar por un mejor país.
Al igual que Montaña Alta, a la altura del Centro Comercial La Cascada, Los Teques, capital de Miranda, también fue víctima de la violencia. Uno de sus focos violentos se instalaba regularmente en la entrada de Los Nuevos Teques y la redoma de la ciudad, pero el miércoles 17 de mayo fue el día en que más se arremetió contra la tranquilidad y bienes públicos y privados de los mirandinos.
El resultado de la oleada de odio fue destrozos a la sede reinaugurada de la Dirección de Hacienda de la Alcaldía de Guaicaipuro y a la Guardia del Pueblo. La Maternidad de Carrizal, fue otra institución asediada por grupos violentos.
De manera simultánea el vandalismo atacó a 77 comercios en Los Teques, que se suman a los 28 establecimientos afectados en abril, para un total de 105 comercios vandalizados sólo en la capital mirandina, sin contabilizar los ocho comercios de Carrizal y un establecimiento de comida en Los Salias que también fueron objeto del vandalismo esa semana.
Rubén Ramírez, dueño de un establecimiento vandalizado, al igual que otros 50 en el Centro Comercial Los Teques, ubicado en la bajada de El Tambor, afirmó que los mirandinos fueron presa del "desconcierto y el miedo" ante las continuas acciones anárquicas. En ese sentido, destacó que estas acciones atentaron contra el derecho al trabajo, la libre circulación, la educación y la tranquilidad del pueblo mirandino.
"Es una avanzada de violencia donde el Gobierno nacional debe continuar tomando medidas para frenarla. Esta situación nos paralizó en todos los aspectos. Yo vivo en Montaña Alta y trabajo en Los Teques y no podía salir a trabajar, tampoco podía transitar por mi jurisdicción, fuimos víctimas del terrorismo" manifestó
Cese de la anarquía
La madrugada del domingo 21 de mayo un contingente especial de organismos de inteligencia y seguridad del Estado -Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Cuerpo de Investigaciones Científicas Penañes y Criminalísticas (CICPC) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin)- devolvieron la paz a la jurisdicción al replegar los grupos violentos y levantar las barricadas que bloqueaban el paso hacia la Gran Caracas.
Estos actos de vandalismo, violencia y anarquía se registraron frente a la inacción y complicidad del gobernador de esa entidad y dirigente de Primero Justicia, Henrique Capriles, así como los alcaldes opositores, José Luis Rodríguez (Carrizal) y José "Josy" Fernández (Los Salias).
Carol Echeverrique la dueña de dos establecimientos que también fueron objetivos de la escalada violenta, expresó su indignación por el caos vivido en los últimos días en la subregión.
"Los Altos Mirandinos hemos sufrido muchísimo con esta situación, de verdad no lo merecemos porque somos personas trabajadoras. Estamos en una situación de mucha vulnerabilidad. Nos saquearon primero el restaurante (en abril), dejándonos sin nada y ahora nos robaron y destruyeron todo en la mercería ", dijo.
Echeverrique asegura estar de acuerdo con la protesta pacifica, "que la gente difiera de acontecimientos de mi país, pero rechazo rotundamente al terrorismo, el vandalismo y la violencia. Sectores hablan de que nos invadan y no saben lo terrible que es, yo vengo de países donde la guerra es terrible", expresó Echeverrique, quien es venezolana nacionalizada.
La subregión mirandina estuvo sumida en una escalada de violencia por grupos aupados por la derecha, tras los llamados a permanecer en la calle impulsados por dirigentes de la derecha venezolana.
Desde mediados de abril, los focos violentos perpetraron una primera avanzada violenta que desencadenó en el saqueo de 28 comercios, así como el vandalismo a bienes públicos y privados en los municipios Guaicaipuro, Carrizal y Los Salias, lo cual causó pérdidas mil millonarias que aun se contabilizan.
A esto se sumó el fallecimiento de dos ciudadanos, el primero de ellos, el joven de 19 años Jairo Johan Ortiz Bustamente, quien fue asesinado el 6 de abril en el sector Montaña Alta (Carrizal) por un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana, que está sometido al proceso judicial respectivo.
Otro de los fallecidos es el oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Nuiman Sanclemente, quien fue asesinado de un disparo el 19 de abril en el municipio Los Salias.
La tercera víctima fatal, Diego Arellano, de 31 años de edad, fue asesinado durante una manifestación de la oposición el martes 16 de mayo, ya el Ministerio Público designó un fiscal para la investigación del caso, cuya autopsia practicada revela que una esfera de acero de 11 milímetros le causo la muerte.
Es precisamente en esta última semana de lo que va del mes de mayo, durante ocho días continuos, cuando se intensificaron las acciones fascistas y la anarquía. Cada mañana se veían los primeros focos de disturbios en las calles de San Antonio de los Altos, una de las zonas más afectadas por una llamada "resistencia" de encapuchados que cerraba los principales accesos de la carretera Panamericana, así como las principales avenidas del pueblo.
"Nosotros vivimos el vandalismos el jueves (18 de mayo) en la parroquia San Pedro de los Altos, estos grupos atacaron instituciones públicas de la localidad y nos quedamos sin transporte público. El llamado de la derecha es la destrucción mientras que el Gobierno nacional insiste en llamar a la paz", expresó Julio Olivares,
habitante de la jurisdicción.
Los comerciantes se vieron obligados a cerrar sus santamaría a cierta hora del día y el transporte colectivo dejó de prestar servicio en los tres municipios de la subregión por temor a represarías ante las continuas amenazas "de quemar sus unidades o dañar sus establecimiento" cuando lo que intentaban era trabajar por un mejor país.
Al igual que Montaña Alta, a la altura del Centro Comercial La Cascada, Los Teques, capital de Miranda, también fue víctima de la violencia. Uno de sus focos violentos se instalaba regularmente en la entrada de Los Nuevos Teques y la redoma de la ciudad, pero el miércoles 17 de mayo fue el día en que más se arremetió contra la tranquilidad y bienes públicos y privados de los mirandinos.
El resultado de la oleada de odio fue destrozos a la sede reinaugurada de la Dirección de Hacienda de la Alcaldía de Guaicaipuro y a la Guardia del Pueblo. La Maternidad de Carrizal, fue otra institución asediada por grupos violentos.
De manera simultánea el vandalismo atacó a 77 comercios en Los Teques, que se suman a los 28 establecimientos afectados en abril, para un total de 105 comercios vandalizados sólo en la capital mirandina, sin contabilizar los ocho comercios de Carrizal y un establecimiento de comida en Los Salias que también fueron objeto del vandalismo esa semana.
Rubén Ramírez, dueño de un establecimiento vandalizado, al igual que otros 50 en el Centro Comercial Los Teques, ubicado en la bajada de El Tambor, afirmó que los mirandinos fueron presa del "desconcierto y el miedo" ante las continuas acciones anárquicas. En ese sentido, destacó que estas acciones atentaron contra el derecho al trabajo, la libre circulación, la educación y la tranquilidad del pueblo mirandino.
"Es una avanzada de violencia donde el Gobierno nacional debe continuar tomando medidas para frenarla. Esta situación nos paralizó en todos los aspectos. Yo vivo en Montaña Alta y trabajo en Los Teques y no podía salir a trabajar, tampoco podía transitar por mi jurisdicción, fuimos víctimas del terrorismo" manifestó
Cese de la anarquía
La madrugada del domingo 21 de mayo un contingente especial de organismos de inteligencia y seguridad del Estado -Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Cuerpo de Investigaciones Científicas Penañes y Criminalísticas (CICPC) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin)- devolvieron la paz a la jurisdicción al replegar los grupos violentos y levantar las barricadas que bloqueaban el paso hacia la Gran Caracas.
Estos actos de vandalismo, violencia y anarquía se registraron frente a la inacción y complicidad del gobernador de esa entidad y dirigente de Primero Justicia, Henrique Capriles, así como los alcaldes opositores, José Luis Rodríguez (Carrizal) y José "Josy" Fernández (Los Salias).
Carol Echeverrique la dueña de dos establecimientos que también fueron objetivos de la escalada violenta, expresó su indignación por el caos vivido en los últimos días en la subregión.
"Los Altos Mirandinos hemos sufrido muchísimo con esta situación, de verdad no lo merecemos porque somos personas trabajadoras. Estamos en una situación de mucha vulnerabilidad. Nos saquearon primero el restaurante (en abril), dejándonos sin nada y ahora nos robaron y destruyeron todo en la mercería ", dijo.
Echeverrique asegura estar de acuerdo con la protesta pacifica, "que la gente difiera de acontecimientos de mi país, pero rechazo rotundamente al terrorismo, el vandalismo y la violencia. Sectores hablan de que nos invadan y no saben lo terrible que es, yo vengo de países donde la guerra es terrible", expresó Echeverrique, quien es venezolana nacionalizada.
Fotos: Henry Tesara
26/05/2017 - 11:10 am
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